domingo, 20 de febrero de 2011

Actualidad Ferroviaria

Luego de la Catarata de información (de la cual muy poca es fidedigna) a razón del accidente de San Miguel días pasados en el Ferrocarril San Martín, hubo palabras que me resonaron más que otras y hubo también algunos conceptos que me quiero permitir compartirlos. Un señor Periodista como lo es Víctor Hugo Morales en su programa de radio por AM Continental mencionaba, con sus razones para pensarlo, que aún en los Ferrocarriles más desarrollados estas catástrofes ocurren y que a veces tendemos a mezclar el deterioro con los accidentes. Líneas más, líneas menos es una síntesis de lo que se expresó.



Es cierto, ni en Alemania se salvaron del terrible descarrilo del ICE o en España con algún que otro choque frontal en los últimos tiempos. Los accidentes pueden ser hechos “fortuitos” (no me refiero a que sean mero azar sin que nadie tenga la culpa, simplemente me refiero al hecho de no ser tan previsibles) o bien por consecuencia de actos realizados durante un largo tiempo hasta que algún día llega la consecuencia. Es el caso de LAPA por ejemplo con el avión Whisky Romeo Zulu.

Vayamos a la realidad ferroviaria de nuestro país, con locomotoras que en el mejor de los casos están para funcionar dentro de una playa de vías como mucho, hoy son titulares de trenes que han de realizar trayectos de hasta 700kms y un poco más a veces también. Coches en estado deplorable, a veces con buena cosmética otras veces ni eso. Fallas continuas que en épocas pasadas significaban que una locomotora volvía a talleres y hoy si es que van, entran y salen iguales pero con una nota que dice que fue reparada. Vías que distan de estar siquiera en condiciones aceptables, sencillamente están desastrosas. Hay excepciones, como en todo, pero son demasiado pocas como para no tener que generalizar.

Entonces si estamos en un ferrocarril signado por la desidia, el abandono, la falta de mantenimiento preventivo, las reparaciones provisorias y la poca atención de los directivos hacia la inversión en seguridad, es muy probable que tragedias como la que acaba de ocurrir sigan ocurriendo, por que están las condiciones propicias para ello. Si bien es cierto que en los ferrocarriles más evolucionados estos hechos también ocurren, pero se minimiza al mínimo la cantidad de veces ocurrida. Nosotros en los últimos 5 años tuvimos 5 casos de trenes que chocan en la misma dirección por que uno embiste por retaguardia al otro. ¿Qué estamos esperando? ¿Qué una locomotora quede acoplada a otra con los coches en el medio resonando como un acordeón?

Se necesita un cambio, pero no una simple intervención donde se cambia el nombre de la cúpula de arriba, pero abajo sigue todo igual. Hace falta política ferroviaria a largo plazo, hace falta que todos como sociedad reclamemos por un ferrocarril Digno y Justo y no alcanza con protestarle al guarda por que llegamos tarde, hay que ir a reclamar donde se debe. Hace falta dejar en claro que la CNRT no cumple ni el 0,05% de sus obligaciones, lo único que saben hacer es sentarse en una oficina en retiro y pedir las libretas de trabajo de los choferes de larga distancia, fuera de eso en mi vida vi un solo control.

Hasta que no tomemos conciencia de que el cambio por el ferrocarril nace desde la sociedad, vamos a seguir lamentando estos sucesos y vamos a seguir demostrando que los argentinos solo saltamos cuando aparece un corralito, por lo demás, cada quien mira para su lado, así nos va.

Guillermo A. Ruso.-

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